Feb 15, 2014

Cosas de mamá (¿loca?).

Siempre me ha gustado coleccionar objetos. Sean libros, fotos, tapas, botones, corchos, servilletas, piedras, cintas, lápices, cartas, clips, papeles de todo tipo. Cualquier cosa. Recuerdos pasados y futuros.

Desde que me casé he tenido que cambiar estos hábitos, entre otras cosas porque cuando me mudé, pasé mucho trabajo limpiando y seleccionando las cosas que finalmente conservaría. Lleva mucho tiempo, cansa y provoca a veces botarlo todo sin ver. Finalmente me quedé con unas cuatro cajas medianas, con recuerdos y recuerditos y mis libros (que por cierto todavía no los he podido traer todos). Así que ahora me obligo a pensar antes de guardar.

Cuando nació Abril supe que una nueva etapa de guardar cositas y atesorar recuerdos comenzaría. Ya tengo un sobre con tarjetas, papeles y recuerdos de cuando nació y dos cajitas: una con el vestido y los recuerdos del bautizo; la otra con recuerdos de su primer cumpleaños. Fotos miles, pero esas ocupan espacio en la memoria de la computadora y en el disco duro de respaldo.

Pero ahora he descubierto una nueva forma de recordar. En dos oportunidades (no lo hago siempre) he comprado el mismo champú que mi mamá me compró en la farmacia de la clínica al día siguiente del nacimiento de Abril. Me hace recordar esos días. Ese primer baño después de la cesárea. Lo que pensaba, la luz que entraba por la ventana, la compañía, el miedo, la alegría.
Creo que nunca había hecho algo parecido. Me sorprende hasta el punto de dudar si son cosas de mamá o quizás son cosas de mamá loca. Ustedes me dirán.

Mientras tanto me río de mí misma y le tomo una foto al envase (antes de botarlo) como recuerdo.




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