Jun 4, 2013

El despecho por la barriga.




















Debo confesar que muy poco sabía acerca del posparto en general; la depresión, la recuperación, la adaptación. Y en cierto modo no tenía manera de saberlo hasta que me tocara vivirlo. El despecho por la barriga -porque eso es: un despecho- forma parte de esta etapa. Como mi bebé tuvo que quedarse en la UCIN -pueden leer más sobre esto -->aquí<-- estaba muy triste; como desorientada. ¿Cómo es que dos días después me daban de alta y yo me iba a casa sin mi bebé?

He leído y escuchado que a todas o a muchas nos pasa que extrañamos la barriga una vez que damos a luz. ¿Y cómo no? si pasamos meses pendientes de ella, de los cambios, de lo que sucede adentro, de lo que sentimos, de cómo se ve, de cuánto ha crecido. Supongo que en mi caso y en el de las mamás que pasamos por una situación similar el despecho es más fuerte o se nota más. Tenemos más tiempo para darnos cuenta de esto pues no estamos todavía ocupándonos realmente de nuestros bebés. Todo se junta.

La primera semana lloré todas las noches. Lloraba por mi barriga, esa es la verdad. Mi bebé estaba estable, gracias a Dios muy bien, y claro que estaba preocupada y triste por no tenerla conmigo, pero sé que lloraba por la barriga. Porque de repente ya no estaba ella allí, lo más cerca que podía estar de mí. A eso era a lo que estaba acostumbrada. A todos lo sitios a donde iba: supermercados, centros comerciales, panaderías, lo que fuese, pensaba: la última vez que estuve aquí estaba embarazada. Y suspiraba.

Sé que hay mujeres a quienes la barriga les incomoda, que por las hormonas -las responsables de todo jaja- se sienten feas, mal, desajustadas. Yo a pesar del malestar -que fue leve- de los primeros meses me sentí mejor que nunca. Y aunque todas me decían: el último mes no vas a querer tener más barriga. Yo hubiese querido vivir esa última etapa. Una de las cosas que sentía era eso: que me habían quitado parte de la experiencia.

Por lo menos sentí a mi bebé moverse dentro de mí. Al principio decía que era un pájaro carpintero, apenas sentía suaves golpecitos repetidamente. Ya hacia lo último, los siete meses, sentía más fuerte, sobre todo los movimientos; de hecho podía verlos, parecía que en cualquier momento por algún lado saldría un pierna o un brazo. Y ya me incomodaba muchísimo estar acostada, pues ella se ponía en posiciones que me dolían. Pero me hacía muy feliz.

Una amiga me dijo un día en el supermercado ¿verdad que es el mejor estado en que uno puede estar? No hay nada más rico que las caricias que tu bebé te hace desde adentro. Yo le doy toda la razón.

Ahora voy a todos esos sitios, a donde recordaba haber ido embarazada, feliz porque voy con my bebé en su cochecito.

Como todo, esto también pasa. Ya hace tiempo que no estoy despechada pero siempre voy a extrañar mi barriga y a recordarla como una época maravillosa de mi vida.

®

2 comments:

  1. Mi hijo ya tiene 5 años y aún hay lugares que, cuando los visito, los asocio a mi barriga. Como dices, es una etapa única. Yo nunca tuve malestares y, hasta la última semana (la 38), estuve activa, no me cansé de ella.

    Lindo tu blog. Mañana sigo la lectura, me gusta conocer otras realidades sobre maternidad y crianza. Y está muy bien escrito!

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    1. La barriga es inolvidable :)
      A mi también me interesa leer las historias de otras mamás.

      Gracias por tus comentarios y la visita. Saludos :)

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